Por JOSÉ Mª ESPINO GONZÁLEZ
Como preámbulo a este escueto pregón de apertura de las fiestas de Argana Alta 1997 quisiera expresar mi agradecimiento a la asociación de vecinos por haberme honrado gratamente con esta invitación. Sin duda, el esfuerzo que se realiza a diario desde la institución que presido, el Ayuntamiento de Arrecife, está más que gratificado con gestos de este tipo.
Para mí, como alcalde de esta ciudad, representa un honor ejercer el papel de pregonero en unas fiestas como estas en las que los vecinos del barrio tienen la posibilidad de distenderse a lo largo de las fiestas y de estrechar aún más sus lazos de amistad.
Quisiera en este pregón realizar un análisis comedido de la realidad en la que se encuentra inmerso el barrio de Argana Alta desde la óptica de la administración local. Argana Alta, al igual que otros barrios de Arrecife, se encuentra en estos momentos con múltiples carencias y necesidades para satisfacer el nivel de bienestar social de la comunidad. Nosotros, como es lógico, somos conscientes de esta realidad pero, a pesar de nuestras intenciones, no podemos más que actuar dentro de nuestras posibilidades, que son mínimas, para cumplir con nuestro papel de fiel servidor al ciudadano.
Los recursos son mínimos pero las intenciones son muchas. A lo largo de estos días, y no nos encontramos en campana electoral, han sido testigos de una serie de cambios que, por supuesto, pensamos extender a otras zonas, con los que hemos querido dar una imagen más aceptable del barrio y crear nuevas zonas de ocio como el parque infantil, que ha sido remodelado, o la construcción definitiva del bar del centro socio cultural. Unas obras que, en honor a la verdad hemos podido realizar gracias a la participación de todos y a la constante preocupación de la que se ha hecho gala desde la asociación de vecinos.
La nuestra es una política de detalles que, sobre todo, queremos materializar en los barrios. Una política que, como ustedes entenderán, necesita de una serie de recursos que nosotros estamos dispuestos a encontrar en las instituciones que sea necesario prestarles los servicios que ustedes nos demandan. No es cuestión de realizar promesas que puedan perderse en la nada, sino de mostrar una disposición firme en resolver las cuestiones que ustedes nos planteen a nivel particular o comunitario. Nuestra obligación es intentar cumplirlas.
De momento, no puedo más que pedir paciencia a todos de la misma manera que les pido que sean exigentes y críticos con nuestra gestión ya que no en vano, eso nos sirve a nosotros para intentar enmendar errores y corregir deficiencias.
PREGONES DE ARRECIFE 
