Pregón Ntra. Sra. Chaxiraxi (Argana Baja) 2008

volver Por JOSÉ PABLO CAMACHO PÉREZ

 José Pablo Camacho Pérez

Excmas. Autoridades, presidenta de la Comisión de Fiestas, Presidenta de la Asociación de Vecinos La Calera, Vecinos y vecinas….

Buenas noches y gracias por estar aquí en este acto y acompañarme en estos momentos de satisfacción personal. Pues es un gran honor para mí, poder dirigirme esta noche a todos ustedes a través de este pregón.

Es posible que muchos se pregunten el por qué yo soy el pregonero este año…tienen que creerme cuando les digo, que hasta para mí fue una sorpresa recibir la invitación de la Comisión de Fiestas; seguro que todos tenemos en mente o hemos pensado alguna vez, que los pregoneros suelen ser personas mayores, personas importantes, políticos que después nos pagan el tenderete, o por otras cuestiones destacables. Yo ni me considero mayor, ni soy político, ni por desgracia para la comisión de fiestas les voy a pagar el Tenderete; por lo que no sé exactamente el motivo por el cual han querido que fuera, un servidor, el pregonero este año,…pero tan sólo por el hecho de haber pensado en mí, fue razón suficiente para que cuando Belén me hizo el ofrecimiento, me pareciera un detalle bonito y especial, y que sería muy feo por mi parte no aceptarlo. De ahí, que hoy esté aquí, en mi barrio, en nuestro barrio, en el barrio de todos y todas, que es éste: Argana Baja.

Hoy estoy aquí, como lo han estado otros muchos pregoneros desde hace más de 25 años, dejando una huellita y dando una pincelada de palabras y voz al comienzo de unas fiestas. Hoy estoy aquí para compartir con todos ustedes, estos primeros aires de júbilo y fiesta; para celebrar el encuentro de los vecinos y vecinas; para sentir el saludo de un amigo; para vivir la sonrisa de un reencuentro; para notar el calor de la gente y sentir su cariño…Es entonces cuando brotan los recuerdos, las travesuras compartidas, los momentos alegres y también los tristes, vividos entre estas calles, entre La Mareta y La Calera, entre El Morro y El Barranco, en el Teleclub y en la Cancha….,en mi calle y con mi gente. Y son esos recuerdos y experiencias vividas en este barrio, las que quiero revivir y compartir de nuevo con ustedes.

Hace ya treinta y dos años y pico, que ando y navego por este mundo. Desde mis primeros días, este barrio es mi hogar. Mi casa ha estado y está en la Calle Alfonso X el Sabio nº 31, por aquel entonces eran vecinos de mi familia: Mercedes y Segundo, Marcial y Mela, Herminia y Benito, Carmen Rosa y Manuel, Caridad, Señor Daniel, Maso y Tere, Olimpia y Rubén, Mª Nieves y José Luís, Vicente y Lorenza, Goro y Nina, y Pilar y Rafael. Hoy en día al pasar por esa calle, siguen estando la mayoría de esos vecinos de siempre, y al verlos y al saludarlos, nunca falta la sonrisa del que se siente querido y apreciado, y del que ha sabido convivir en armonía durante todos estos años. Años que al principio fueron duros, pues cuando mis padres se vienen a vivir aquí, no tenían luz, ni aceras, ni estaban asfaltadas las calles, no había red de saneamiento, y el agua había que comprarla en cubas y llenar el aljibe. Pero ante esas penurias, estaba siempre la mano tendida del vecino, para ayudar a echar un techo, encalar, compartir el agua y velas, sentarse por las tardes ante las puertas a charlar mientras jugábamos los chinijos por allí, y por desgracia también, a compartir alguna que otra pena…Hoy mi calle tiene de todo: ya está asfaltada y reasfaltada muchas veces, tiene luz pública, aceras, alcantarillado, agua corriente y electricidad en todas las casas, han puesto unos arbolitos, y muchos nuevos vecinos en nuevas casas, y hasta comercios. Pero mi calle, al igual que otras calles del barrio, ha ido perdiendo humanidad, calidez y alegría. El ritmo de vida es otro, y hay mucho tiempo para muchas cosas, pero poco tiempo para hablar o interesarme por mis vecinos. Casi ya no nos conocemos, y la verdad es, que a los que han llegado nuevos no los conozco. No digo que sea malo, pues todo lo que es avanzar y cubrir las necesidades del barrio es positivo…pero ahora mismo cambiaba alguna cosa material de mi calle, por volver a tener lo humano que ha perdido.

En esa misma calle y muy cerquita de mi casa, comienzo el parvulario. Como éramos muy peques para irnos en guagua hasta el Benito Méndez, dónde iban a estudiar nuestros hermanos mayores, se habilita el garaje en casa de Carmen Rosa y esa era nuestra escuela. Que bien esos comienzos, que suerte estar cerca de casa para que nuestras madres nos trajeran el desayuno a la hora del recreo…lo único malo, era que nos vigilaban desde las azoteas y si hacíamos alguna travesurilla, eran las primeras en enterarse. Recuerdo hacer el patio en el solar junto a casa de Segundo, jugar en la tierra, con la lluvia, con las piedras y palos, jugar todos con todos sin discriminar a nadie, en definitiva, jugar sanamente y sin maldad…Que distintos tiempos a los que vivimos ahora, donde jugar se ha convertido en estar sentados frente a una maquinita o al ordenador. Que fiesta el día que nos pusieron el parque, con unos remos que eran para nosotros los mejores del mundo; los mejores del mundo no se si lo eran…pero duraderos como ellos solos, pues hasta hace muy poquito tiempo seguían dando guerra, aunque existieran sobre ellos muchas manos de pintura.

Es la época en la que formamos nuestra pandilla: mi primo Sergio, Jorge, Juan Manuel, Juan José, Mónica, Beatriz, Yobagna, Alexander, Julio César y yo. Éramos inseparables, y juntos estuvimos todos hasta octavo de E.G.B. Luego en los institutos ya nos tocó separarnos, y más tarde para algunos de nosotros la Universidad. Hoy en día esa pandilla es un recuerdo, seguimos siendo amigos, nos saludamos siempre con ilusión, y si no me equivoco, ya estamos todos viviendo fuera de este barrio, pero no dudo que a ellos, al igual que me pasa a mí, este será nuestro barrio para siempre.

Recuerdo cuando nos cambiaron al Capellanía, allá por el año 1984. Teníamos que cruzar la Mareta del Estado para ir hasta el cole, pero al construir la autovía se hacía peligroso ese paseo. Pues ni cortas ni perezosas, nuestras madres se encadenaron unas con otras entrelazando sus brazos y se sentaron en medio de la carretera a detener el tráfico mostrando pancartas que pedían un transporte escolar para sus hijos e hijas. Nosotros las mirábamos y seguro que muchos pensamos que estaban un poco locas, porque nos asustaba el ver a la policía junto a ellas. Pero la unión hace la fuerza, y al poco tuvimos una guagua para acercarnos al colegio; guagua que continúa hoy haciendo el mismo recorrido. La parada era primero junto a la tienda de Felo y Pilar. Antes de subir a ella, o nada más bajar, era visita obligada para comprarnos el bocadillo para el cole o alguna golosina. Más tarde pasó a estar cerca del parque y esperarla se hacía más ameno mientras jugábamos en los columpios.

Parece que en la historia de nuestro barrio, los garajes han jugado un papel importante, pues es en el garaje de Dolores, donde acudimos a catequesis y donde hacemos la Primera Comunión. Allí estuvo hasta hace pocos años nuestra patrona, hoy acompañándonos en este Centro Sociocultural, y quien sabe…si hasta nos está escuchando en estos momentos.

Vamos creciendo y también nuestras inquietudes e iniciativas. Guiados por Belén Machín, formamos la Asociación Juvenil. Fue una época bonita, cargada de nuevas experiencias, de lucha conjunta, de excursiones y acampadas. Fue el participar en estos movimientos juveniles, lo que me hace ver, que no estaba nada mal intentar echar una mano por mejorar las cosas en nuestro barrio, y por hacer y tener otra alternativa y salida para los jóvenes.

Después de esto, y ya más crecidito, comienzo a participar en la Asociación de Vecinos de nuestro Barrio; participación que ha continuado hasta hace unos meses que me he dado de baja, principalmente porque ya no resido aquí, y es bueno y creo, que las personas que quieran trabajar y luchar por el barrio, deben estar en el día a día del mismo. Mi paso por la Asociación de Vecinos La Calera, la considero muy positiva. Porque si pongo a un lado de la balanza las cosas buenas que me ha aportado, y al otro las decepciones que me he podido llevar,…con una gran ventaja, ganan las positivas. Y una de las mejores, ha sido el trabajar codo a codo con un grupo de personas que siempre estaban dispuestas a la tarea encomendada. Nombrar quiero especialmente, al grupo con el que he trabajado estos últimos años en la Asociación: Mari, Magali, Inmaculada, Mª Nieves, Loli (mi madre), Yola y Pura (en paz descanse).También quiero nombrar de forma especial, pues aunque no pertenecían a la directiva siempre estaban ahí, a mi tío Ramón y a Rafael, que siempre estaban dispuestos a echarnos una mano, y su experiencia vivida en las asociaciones anteriores nos eran de mucha utilidad. A mis “muchachas” de la Asociación de Vecinos: Muchas gracias por estar siempre dispuestas, gracias por hacer caso a muchas de las locuras en las que las metía, gracias por siempre estar cuando las necesitaba, gracias por ser mis amigas además de compañeras, y gracias por todo lo que he aprendido de ustedes. También quiero pedirles perdón, por las veces en las que haya podido molestarlas. La verdad que ha sido un honor, sinceramente y de corazón se los digo, trabajar con ustedes durante estos años en la Asociación de Vecinos. Y saben que aunque no esté ya en ella y no viva en este barrio, siempre estaré dispuesto a ayudar y prestar mi colaboración en lo necesario.

Pero si había una época que especialmente me gustaba (y a mi pandilla también), era la llegada de las fiestas del barrio en Honor a la Virgen de Chaxiraxi, ¡nos revolucionábamos! Llegaban los ensayos para el esperado play-back, poner las banderas en las calles, y pensar en ganar alguna medalla en los juegos infantiles. Me gustaba mucho participar en ellas, y ya desde chico pensaba que igual algún día podría también colaborar en su preparación. Eso llegó cuando estaba en la asociación juvenil, que empezamos a encargarnos de organizar los juegos infantiles y de ensayar a los pequeños para el play-back. Más tarde comencé a formar parte de la Comisión de Fiestas, ya cuando éstas se celebraban en el Teleclub, y al formar parte de la directiva de la Asociación de Vecinos, durante casi diez años nos ha tocado organizarlas y yo personalmente presidir la Comisión de Fiestas. Han sido muchos años y eso marca. Desde finales de agosto, ya estábamos preparándolo todo, avisando a los vecinos y poniéndonos en marcha. Al principio era mucha la participación; todos poníamos algo de nuestra parte, de nuestro tiempo, de nuestros recursos,…Más tarde la participación en la preparación de las fiestas fue bajando, era como que ya no había tanto tiempo para esto. Nuestro ritmo de vida cambiaba, nuestra situación personal, motivos laborales….Pero gracias a Dios, siempre habíamos un grupito de personas dispuestas a trabajar y a poner todas nuestras ganas e ilusiones en preparar lo mejor posible nuestras fiestas; principalmente para evitar que desaparecieran. Tengo que reconocer que estos últimos años fueron duros. Cada vez éramos menos personas en ello, por lo que era más carga para cada uno, y eso ha hecho que poco a poco nos fuéramos quemando mucho. Cada año mi familia escuchaba la misma frase: “…el próximo año no estoy en la organización de las fiestas”. Y al siguiente año, José Pablo estaba en la organización de las fiestas. Pero éste lo he cumplido, aunque me ha costado (todo hay que decirlo).Quizás me ha ayudado y ha sido más fácil a la hora de tomar la decisión, el no pertenecer ya a la asociación de vecinos. Me llevé una gran alegría cuando Mari me dijo que había un grupo de personas, principalmente jóvenes, que iban a preparar la semana de fiestas. Me alivié, porque hasta casi me sentía un poco responsable de que no llegaran a celebrarse. Pero aparecieron este grupo de valientes con Belén, Yanira, Idaira, entre otros, cargados de ilusión y nuevas ideas, y eso es bonito e importante para que esto no se pierda y el barrio continúe por muchos años celebrando sus fiestas. Por experiencia les puedo decir que no es fácil; dejas parte de tu tiempo, de tu familia, de tus amigos, de tu pareja,…dejas mucho de lo tuyo, para hacer mucho por los otros. Con esa idea lo hacíamos, y claro está que sin esperar nada a cambio. Yo personalmente les puedo decir, que jamás busqué protagonismos, ni recompensas, ni gratificaciones de ningún tipo. Mi recompensa era ver el trabajo realizado, a la gente disfrutando, las risas y la diversión, a los niños y niñas felices por actuar, ver el compañerismo, el trabajo en equipo, ver la ilusión y el compromiso. Mil gracias a todas las personas con las que compartí esa ilusión, mil gracias a los que pedía un favor y allí estaban para echarte una mano, (me gustaría nombrarlos a todos, pero prefiero no hacerlo para no dejarme a nadie atrás)…yo se que saben que me refiero a ellos y a ellas. Y me gustaría decirles desde aquí a todos, que tenemos que colaborar en esta tarea. Que son días de convivir, de compartir, de disfrutar, de distraernos,…en definitiva son días que dan vida al barrio, y no podemos dejar que se pierdan. Participemos en las fiestas y participemos haciendo las fiestas. Estos días hablaba con Belén y me decía, que ahora entendían lo que se pasa en la preparación de unas fiestas, la pena es que las sensaciones negativas y penurias, no son por el trabajo o el agobio de estos días, desgraciadamente son por comentarios que hacemos, pues quizás sólo valoramos lo exterior de un acto o un programa, y no somos capaces de valorar el trabajo y el esfuerzo de las personas que están detrás de ese programa festivo, que están dejando parte de su vida en estos días, para que nosotros estemos disfrutando hoy. (Pido un aplauso para las personas que están organizando las fiestas este año).

Y para ir terminando, y ya que este espacio me lo permite y tengo esta oportunidad, me van a permitir que dirija unas palabras en especial a mi familia, y luego a todos los vecinos y vecinas. Quiero dar las gracias públicamente a mis padres y hermanos: todos los días, debido a mi trabajo en el mundo de la educación, veo situaciones familiares que no entiendo ni comprendo, por lo que con más motivo doy todos los días gracias a Dios por la familia que tengo, gracias por ser ejemplo de padres y hermanos, por la educación y aprendizajes que me han aportado, por los valores que me han trasmitido, y por aceptar y respetar las decisiones que a lo largo de mi vida he ido tomando. Y a todos ustedes decirles, que sigan luchando por este barrio, por no olvidarnos de que estamos conviviendo junto a otros. El barrio ha cambiado, no sólo físicamente, también en número de habitantes, pues han llegado otros vecinos, muchos de ellos de otras culturas…, y es en esta diversidad, donde tenemos que ver lo positivo de trabajar por la integración e inclusión en nuestro barrio de todos y todas, no hay que cerrar la puerta a nadie, debemos seguir con ellas abiertas y dar una cálida bienvenida a todo aquel que llegue a él. Creo que con una buena acogida se recogerán frutos, y en un futuro, esas personas que se sintieron bien recibidas querrán pertenecer y trabajar por y en el barrio, pues se sentirán miembros de él.

Deseo de corazón, que Argana Baja siga siendo ejemplo de barrio solidario, tolerante y pacífico, donde la buena convivencia sea su principal característica.

Muchas gracias a todos de nuevo, ha sido un privilegio ser el pregonero este año. Pedirles a todos que participen, que disfruten, que colaboren y que salgan a vivir las fiestas con muchas ganas. Pedirle a nuestra patrona la virgen de Chaxiraxi mucha salud para todos y mucha prosperidad para nuestro barrio.

¡FELICES FIESTAS!

José Pablo Camacho Pérez

            08- Octubre- 2008

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