Pregón S. Fco. Javier 2001

volver Por:  CLOTILDO MARTIN DUARTE

CLOTILDO

¡Buenas noches, vecinos, amigos y familia!

Ser el pregonero de las fiestas de este barrio me llena de satisfacción, pero a la vez, supone para mí un gran compromiso, por la idea de no poder estar a la altura, en cuanto a desarrollar parte de su historia, la historia de su gente, su forma de vivir y convivir entre los vecinos, los problemas y trabajos que se han pasado, para llegar consolidar en el día de hoy, un barrio que no pasa desapercibido por el desarrollo cultural, social y urbanístico;

Un barrio que ha ido creciendo gracias a muchos factores, pero quiero elogiar el que creo que es el más importante: la constancia de los vecinos por superarse colectivamente, unas veces individualmente, otras, desde colectivos juveniles, religiosos, o asociación vecinal, todas ellos sin ánimos de lucro, poniendo piedra a piedra y moviendo los hilos necesarios para llegar a conformar lo que hoy es San Francisco Javier.

Dicho esto, quiero agradecer a la Asociación de Vecinos, por darme esta grata oportunidad de ser el pregonero de estas fiestas de 2.001 y también a todas las personas que me han refrescado la memoria, con datos que tenía confusos para llegar a realizar este pregón.
Hace 34 años mis padres decidían trasladar la residencia de Femés al Puerto, concretamente a este barrio, «La Bufona o «Trasera de los Cuarteles».

Después de adquirir el terreno y poner en pie cuatro habitaciones, comenzó para nosotros una nueva forma de vida, ni mejor ni peor, sencillamente diferente, con la ventaja de que mi padre podía estar toda la semana con su familia, lo que antes hacía solo los fines de semana. Esto no le ocurría solo a mi familia sino a la gran mayoría de las familias conejeras. El tema del sustento estaba más resuelto en Arrecife, que contaba con más posibilidades de trabajo, estaban las salinas, las fábricas de pescado, y la construcción.

Este barrio se fue poblando sobre todo con vecinos de la “vuelta abajo» y de Tinajo, aunque también habían de otros puntos de la isla. No podría ponerlos en orden de antigüedad y tampoco tengo datos de todas esas personas que vivían por esa época en esta zona, pero creo que vale la pena citar algunos nombres como: Balbina Rodríguez, María Dolores y Marcial Nieves, Marcos Santana y Nicolasa, Sr. Antonio Hernández y Maraca, Sr. Antonio Rocío y Nieves, Antonia Cedrés, Andrés Morales y Margarita Meliá, Nieves Morales y Juan Rodríguez, Juan Cabrera y María Isabel, Carmen Martín, Benito Martín y Filomena Nieves, Manuel Martín e Inocencia Duarte, Marcial Hernández y Magdalena Rodríguez, Pepe Hernández y Consuelo Martín, Sr. Ginés y Cristina, Juan «Toribio y María Martín, Lorenzo Meliá y Asunción Morera, Vicente emes y María Rosa Meliá, Manuel Rivera y Teresa Fernández, Ernesto Reyes y lustrina Marrero, Guillermita y Domingo, Eduardo Machín y Margarita Meliá, Tomasa Bravo y Gabriel Cabrera, Antonio de la Guardia y Cristina García, Ignacio Martín y Lola.
Bastante trabajo pasaron para llegar a poner en pié un techo donde meterse y luego poco a poco se iba conformando el resto de la casa. Los sábados y domingos aprovechaban la «pioná» entre familiares y amigos cuando había que poner un techo, un afirmado o encalar alguna habitación. Ocasión que aprovechaban para reunirse la familia y hacer un sancocho al final.

Muchas veces, algunas personas, a la salida del trabajo, aprovechaban el trayecto, desde el barrio de la Vega y se cargaban un saco de cemento al hombro y caminando llegaban hasta este barrio. Otras veces, se iban a la escombrera del cementerio y a golpe de marrón, lograban sacar el hierro del aglomerado de cemento y broza para aprovecharlo en la obra de casa y ahorrarse unos duros.

De los habitantes de este Barrio, hacer mención especial de dos personajes populares, como fueron el Señor David, que llegó a vivir en una caseta hecha de tablas, instalada detrás de la pared que atravesaba desde donde hoy está el torreón de la luz hasta la granja de Valentín. Otro personaje era Rosita, conocida por todos.

El nombre de San Francisco Javier le fue dado en Julio de 1.973, estando como párroco de la Vega Don Manuel. Este nombre fue sugerido por la Sra. Tomasa Bravo también vecina del barrio. Poco después creo que se comenzaron las obras de la iglesia. Las primeras misas se celebraban en el almacén de Marcos Santana, que por decisión de los vecinos se encargaba solucionar los asuntos del barrio.

En el Barrio de San Francisco Javier existían tres granjas: la de Perico, que sobre todo criaba cochinos, la de Raimundo con ganado de cabras y la de Valentín con criadero de gallinas y venta de huevos.

Uno de los primeros comercios que se abrieron fue la tienda de Nieves Morales y Juan Rodríguez.

Felicita era la propietaria de otro de los comercios de comestibles que abrió posteriormente.
Pedro Rodríguez tenía el comercio en la Vega, pero venía en la furgoneta a proveer a sus clientes del barrio y terminó instalando al poco tiempo su tienda.

Bar «El Solitario» era el nombre de uno de los primeros bares que se abrieron, ofreciendo juegos de bola y baraja, su propietario fue Juan Cruz.

Bar San Francisco Javier era otro de los bares, siendo su propietario Agustín.

Recordar también la dulcería de Eva Bermúdez y el bar de Antonio Hernández.

Desde Montaña Blanca, atravesando el jable, llegaba en su burro una señora llamada Josefina, ofreciendo variedad de productos de la tierra. Su cabeza la traía cubierta con un sombrero de palmito y la cara forrada con un pañuelo para protegerse del sol y del frío.

La luz eléctrica se instaló allá por el año 1.978, que según mi madre, coincidió con la boda de mi hermana Lucía.

Según tengo entendido la instalación de agua fue posterior, pero no tengo datos que me lo confirme.

La inquietud que tenían los vecinos desde entonces por sacar el Barrio adelante, llevó a formar la Asociación de vecinos «Capellanía del Yágabo», la cual se constituyó en el año 1.983. Como presidente tenía a Javier Merino, de Secretario, Manuel Fuentes, y de vocales: Eugenio Martín, Juana Arráez, Josefa Marrero, Miguel de la Cruz, Micaela Pérez, Mariah García, Juan Andrés García, Rufino Arráez, Luis García, y Maximino Bravo.

Merece la pena recordar la primera y única murga que se formó en el barrio, que fue en el año 1971, presentando como reina de la murga a María de los Ángeles de la Cruz. Su director fue Ángel Ascensión, hoy concejal del Ayuntamiento de Arrecife. Los ensayos los hacían en el almacén particular de Marcos Santana. Como anécdota, recordar la letra de una de sus canciones, para hacernos una idea de las necesidades de ese momento.

«Somos de un barrio cercano
que está situado tras de los cuarteles
allí no hay luz ni agua
ni aceras ni parques ni nada de nada.

Por eso estamos cantando
que todos ustedes sepan que existimos
y pedimos lo primero:
agua luz y agua.

Le pedimos al Alcalde
que vaya en un coche a ver nuestro barrio
que si resiste los muelles
seguro que el cárter se hace pedazos.

Porque el camino de enlace
es una autopista de veinte mil hoyos
y pedimos lo segundo:
caminos nuevos caminos.

En estas fiestas de invierno
estamos cantando con sana alegría»
olvidando los problemas
del agua la luz y el camino.

Estas letras nos pueden trasladar a la época de entonces y ayudamos a hacernos una idea de cómo eran los accesos al barrio, con una entrada por la orilla del cuartel, con una carretera de tierra, que cada momento arreglaban los mismos vecinos. Por la orilla de las salinas que existían, bajaba otra carretera, por donde entraban los camiones a recoger la sal y una serie de veredas, que cada cual, iba formando para llegar a casa. No teníamos transporte, todo el mundo a patita, cruzando el camino de las salinas para llegar al colegio, que en ese momento, era el Generalísimo Franco.

Algunas veces, si se te ofrecía coger un taxi, no siempre te traían con buena voluntad, por el mal estado en que se encontraba las carreteras, llenas hoyos y de polvillo.

Desde la parte trasera del cuartel salía un barranco delimitando el barrio de la Vega. Por ese barranco, pasaban las tuberías de saneamientos de agua del cuartel que cada momento se rompían, y en forma de río atravesaba el barranco dejando un olor poco agradable en los accesos al barrio.

No era de extrañar ver la instrucción de los militares por estos llanos en las mismas puertas de nuestras casas, así como la banda de música todas las mañanas ensayando por la zona donde hoy está la carretera que nos lleva al centro de Arrecife.

En el terreno deportivo, decir que el primer equipo de fútbol federado fue en la temporada 1983-84, siendo su entrenador Pepe Tavío. Muchos de los chicos de este barrio formaban parte del equipo de Santa María de la Vega.

En cuanto al ocio y tiempo de juegos se refiere, los chiquillos nos dedicábamos a limpiar los llanos pedregosos, para poder tener un campito donde jugar a la pelota, que era uno de los principales entretenimientos que teníamos. Jugar al «escondite» y a los «pistoleros» eran otros de los juegos preferidos.

No hay que olvidar, que después de terminar cada partido amistoso de fútbol, comenzaban las guerras a la pedrada con los rivales del barrio de la Vega. Del bando contrario, eran muchos los chicos, pero mencionar por ejemplo, a Celso Betancort, hoy Consejero del Cabildo insular.

Otro entretenimiento que nos servía de paso para sacar unas pesetas, era acudir a los muladares tanto al de los cuarteles, como al del cementerio para buscar botellas vacías retornables, objetos de aluminio y de metal, para luego vendérselo al chatarrero y posteriormente ser reciclado. También buscábamos las coronillas de aluminio que cubrían las tapas de las botellas de coñac Terry con las que también hacíamos dinero vendiéndolas en la carretera de Tías, actualmente calle José Antonio.

También como entretenimiento estaba la mareta, al lado del Cuartel, que tenía un desagüe que llegaba mas o menos a la esquina de este Teleclub, este túnel que hacía de desagüe era todo de piedra, la parte alta arqueada, donde nos metíamos hasta llegar a la mareta y volver a salir por el mismo sitio.

Otra forma de pasar el tiempo libre, era, por las fiestas de San Juan, hacer las famosas hogueras, que todavía hoy se conservan, reuniendo toda clase de material que se pudiera quemar, que antes era sobre todo madera y gomas de coches. Esto iba aparejado con ir al día siguiente a refrescarnos a la playa, llevando el almuerzo sin faltar las hermosas sandías.

Actualmente dentro del ámbito musical, destacar la existencia en el barrio de jóvenes valores, que se abren paso en esta actividad, algunos guiados por tradición familiar y otros por iniciativa propia, participando en grupos y festivales tanto de música tradicional como moderna, así corno fortalecer la formación musical acudiendo a escuelas de música.

En los últimos años hemos crecido bastante y muy rápido en cuanto a habitantes se refiere, esto crea algunas necesidades como por ejemplo, actualizar el trazado de la circulación evitando los problemas que se crean a diario en algunas calles muy estrechas para tener doble sentido, también la necesidad de un parque infantil donde los más pequeños puedan jugar tranquilamente, todos sabemos que donde antiguamente estaba ubicado el parque, se destinó a otros menesteres, prometiendo los responsables que en un corto periodo de tiempo se reemplazaría en otro lado, pero el parque todavía no ha llegado.

Coincidiendo con este mes de noviembre, se engalana la entrada del barrio y se pone en marcha la participación de los vecinos, guiados por un programa de actividades de deportes, música, ocio, cultura, y actos religiosos. No puede faltar en estas fiestas el tradicional paseo por estas calles de los gigantes y cabezudos, de esto se encargan las personas más animosas que aguantan la amanecida y al ritmo que les va marcando la música recorren todo el barrio, haciendo alguna parada allí donde caiga un trago o un enyesque.

Y para concluir este acto, quiero agradecer también a todos los vecinos e Instituciones, que con su trabajo, han hecho posible un barrio habitable, como el que hoy disfrutamos, y sobre lodo, un recuerdo muy especial, a las personas que físicamente nos han dejado y que están en compañía de Dios, pero que viven dentro de nuestros corazones.

Espero que sepan disculpar las posibles deficiencias y errores de esos datos y que en Io sucesivo puedan ser corregidos.

Ya para despedirme, desearles lo mejor en esta fiesta, y que sea ocasión para reforzar la buena convivencia y la amistad entre la vecindad.

Buenas noches y muchas gracias.

30 de Noviembre de 2.001

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