POR MANUEL HERNÁNDEZ NODA
Saludos correspondientes a las autoridades.
Agradecer a la comisión de fiesta y su presidente José Cruz la oportunidad de ser el pregonero de las fiestas del barrio que me vio nacer, por mi cabeza pasan numerosos recuerdos de mi infancia.
Valterra rodeada de fábricas, Ojeda, Lloret, Garavilla, la Rocar, las Salinas, (de Cuco) el Hospital Insular, la Casa del Mar, los faros, el quiosco, los corrales de cochinos, las herrerías, los talleres, la Escuela de Pesca y Puerto de Naos, hizo que Valterra fuera un barrio principal de Arrecife y además de gran popularidad.
Transcurre mi vida en el barrio cuando aun las calles no estaban asfaltadas, los parquitos eran redondos y sus bancos de cemento, paso obligado de camiones trasportando sardinas y donde solíamos jugar al fútbol, cuando teníamos balón, pues muchas veces nos la quitaba D. Manuel Oubiña o la policía municipal o los grises que es como conocíamos a la nacional, debido a esto, me contaron se formó la U.D. Valterra y fue su fundador Don Manuel Oubiña y el sargento Moya de la policía municipal, más conocido por el Popotito, en mayo de 1965, cuya sede fue en el local de la calle Malacabado, hoy frente al socio, mencionar también que del barrio salieron numerosos futbolistas fuera de la isla, el caso de José Miguel, Andrés la Ramona, Sito, Morán, Lito, Agapito etc.
Hoy quiero decir que ostento el honor de ser el presidente de este club de fútbol que tantas alegrías nos ha dado, a parte del fútbol también jugábamos al trompo, al boliche, a la tángara, a titiribolla, a huevo, araña, caña o guincho y alguno más que ahora no me viene a la memoria.
Como todos los chicos del barrio estudiábamos en la escuela La Marina, nos trasladábamos en guagua, que le llamábamos la caja de fósforo, porque los asientos eran de madera y el parecido a una caja de fósforo, y cantábamos eso de tari, tarl, tari.
Llegados los fines de semana, tenía que asistir a misa que se celebraba en la Casa del Mar por el cura Don Antonio para más tarde incorporarse D. Pedro de Armas que para mí fue quien revolucionó a todos los jóvenes y vecinos del barrio.
Se ganó el cariño de los vecinos, visitándolos, haciendo reuniones con los jóvenes.
Debido a esto el salón donde se realizaba la misa se hizo pequeño, fue entonces cuando empezó a mover papeles para construir una iglesia en Valterra.
En diciembre de 1974 vino el obispo a confirmarnos, se realizó la misa en el parque y bajo un fuerte calor, tuve el honor de que D. Pedro fuera mi padrino de confirmación, recuerdo como se trasladaba desde San Ginés a visitar a los enfermos en su moto Derbi que por ese entonces era el medio de trasporte de muchos curas de la isla.
Fue por el año 1976 cuando se empezó a marcar los terrenos de la iglesia. Recuerdo que se hicieron colectas, rifas y donativos, para construirla, pues se contaba con poco dinero, por lo que se buscaron cuadrillas de albañiles para los fines de semana trabajar y vecinos que colaboraran, trabajamos duro pero también tuvimos momentos para disfrutar al terminar la faena, cuado algún vecino traía un caldero de comida y nos poníamos a gastarnos bromas y hablar, así fue trascurriendo el tiempo hasta ver culminada la obra por julio de 1978 fecha en que fue inaugurada.
Valterra, barrio marinero de proa a popa y de babor a estribor, de gente humilde, bondadosa y sobre todo muy servicial.
Cubierta por el perfume que desprendían las fábricas de conservas, las cuales la rodea, van al barrio y la música que la ponían los aparatos de radio, que de cada grupo de casas salían las notas de pesca que daba la costera o vecinos que se gritaban unos a otros la carga del barco y la hora de llegada.
A las doce de la mañana sonaban las sirenas de las fábricas y se veían como la gente salía corriendo para almorzar y volver a trabajar.
Como muchos jóvenes me hice marinero y me fui a la costa, ahí supe lo que era el trabajo de la mar, arranchar el barco, al salir de puerto, levantarte de madrugada a elevar, a la voz del patrón de pesca (alista) largar las redes y calar, recogerla, llenar la cajas de sardinas, arrumarlas, terminar con la pesca y de vuelta a empezar, hasta lograr cargar para regresar, a todo esto uniéndole el calor, el frio, el viento y las mares, un trabajo duro de verdad.
Valterra también está marcada por el dolor de aquellos que perdieron la vida mar, como fue el caso del Cruz del Mar.
Una fecha que el marinero tiene muy presente es el 16 de julio, el día del Carmen, y es por eso que el barrio celebra su fiesta.
Valterra y su gente.
Recuerdo que durante los meses de mayo y junio los vecinos y distintas asociaciones culturales y deportivas son llamados a varias reuniones para formar la comisión de fiesta, una vez formada el presidente distribuye a la gente, las fiestas se hacían en el solar de Francisco, junto a la Panamericana, allí montábamos el escenario y lo decorábamos y pintábamos, entre ello Chalo que en paz descanse, otros hacíamos la barra con bidones y maderas para las verbenas, engalanábamos las calles con banderas de papel y de tela, los vecinos pintaban y arreglaban sus casas, Eloísa Barreto y Elodia montaban los altares vivientes en los grupos del barrio.
Durante los actos a celebrar siempre eran muy diversos el primer día se leía el pregón, muchas veces en radio Lanzarote, y al terminar se lanzaban varios voladores para anunciar el comienzo de la fiesta, los juegos infantiles eran muy variados y participaban chicos y grandes, unos jugando y otros animando, los festivales de la canción, uno de los grandes éxitos de la fiesta, como artista invitados siempre se traía a un trasformista o humorista entre ellos Félix de Granada, Dactari, Xayo, Jaime Marrero, las verbenas, los partidos de fútbol de las viejas glorias, balonmano, las cucañas etc.
Pero el día grande era las procesiones en las cuales participaban toda la gente de la isla, salía la virgen de San Ginés hacia el muelle comercial llevada a hombros de los marineros y delante la banda de música del cuartel militar, la cual marcaba el paso de la procesión, se oían gritos, rezos y llantos y hasta alguna promesa se realizaba a lo largo del recorrido hasta llegar al muelle comercial, embarcarla y trasladarla por el mar hacia Puerto de Naos donde iba acompañada por un manto de barcos de pesca y falúas.
Haciendo un alto en el camino para hacer la oración por los marineros muertos en el mar.
Tras la oración rumbo al muelle de los Mármoles para entrar por las bocas de Puerto de Naos, y siendo recibida con pitas de coches, a lo largo del Castillo de San José, y las bocinas del correo, tracas y bengalas y muchos gritos de viva la Virgen del Carmen, tras desembarcar en Naos es trasladada al Hospital Insular donde los ancianos la recibían con alguna poesía y pidiéndole ayuda en oración para seguir el camino de la vida, abandonando el hospital la procesión continúa por las calles de Valterra haciendo otro alto junto a los altares vivientes donde los niños recitaban versos y poesías y de allí a la iglesia donde se terminaba la misa cantando la salve marinera, para culminar con la quema de los fuegos y días más tarde con la excursión por la isla, la cual movía entre 8 y 10 guaguas acompañadas por la Cruz Roja.
Sé que se me quedan muchas cosas que habré olvidado al redactar, pero espero haber aportado mi granito de arena en el comienzo de las fiestas.
Sin más volver agradecer a la comisión de fiesta el haber contado conmigo para la lectura del pregón y desearles que tengan mucho éxito en el programa a realizar.
Arrecife a 8 de julio de 2006