Pregón de Ntra.Sra. del Carmen (Valterra) 2017

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POR  MIGUEL CEDRÉS Y FRANCISCO CEDRÉS

Señoras, señores, vecinos de Valterra y alrededores, autoridades y amigos… reciban un cordial saludo.
Intentaremos abrir las Fiestas de Carmen 2017 con un pregón mientras hacemos algo que hacíamos aquí de pequeños: tocar la guitarra, divertirnos y cantar… porque era una época en las que se escuchaba en la radio…
Como te extraño (Leo Dann)
Decíamos que enviamos un saludo de dos personas que vivieron el despertar del barrio al tiempo que despertaban sus vidas infantiles y adolescentes.

Sabido es que no somos de Valterra, (aunque las fronteras del barrio se confunden con las de El Lomo) pero nuestras vivencias en este barrio, que estaba separado de nuestra casa… más o menos… ehh… ¡no había calles en medio!, solamente una planada, un llano, antiguamente denominado Llano de Naos, y que utilizábamos para jugar al fútbol a los indios, a hacer pequeñitas aljibes cuando llovía aprovechando los restos de madera que tiraban las carpinterías, jugábamos al boliche y a cualquier cosa que se nos ocurriera…
No había asfalto, las calles eran de tierra. Recuerdo cuando se asfaltó Marqués de Comillas: algunas casas quedaron por debajo del nivel de la carretera y se inundaban si caían unas gotas… Hay una foto de mi abuela Ruperta en la puerta de su casa con Miguel. Para entrar había que subir un escalón; hoy hay que bajar dos…
Veníamos de una familia de marineros por parte de madre y padre, abuelos y bisabuelos eran marineros, y en todas las familias que conocíamos había una Carmita. Carmita la de Flora, mi tía Carmita Gutiérrez, mi tía Carmita Cedrés, Carmen la bigotúa o la majorera, tía de mi padre… hasta la mujer del concejal se llama Carmen …se veía el cariño y el respeto de los marineros por su patrona…
Yo nací en casa de mi bisabuelo en El Charco, y, al cabo de un año, mis padres se mudaron a Gran Canaria, donde nacieron José Francisco y Mari Nieves, pero me pasaba grandes temporadas en casa de mi abuela en Marqués de Comillas que es de donde viene nuestra relación con Valterra…
Los mejores amigos de mis padres eran Miguelina y Antonio Robaina que vivían en Adolfo Tophan. Y sus hijos Toño y Tero eran nuestros mejores amigos.
Era la Valterra de nuestra infancia y adolescencia un barrio blanco con sabor a chalana, a potala, a trinquete, a olas…
Y casi toda la gente de Valterra si no trabajaba en las fábricas, trabajaba en los barcos a motor que salían de Porto Naos; alguno trabajaba en algún taller de ribera al lado de la escuela de Pesca, en la zona del Bacalao.
Mientras tanto, nosotros robábamos trozos de piche del final de las calles recién alquitranadas para calafatear los jolateros pequeños que hacíamos con latas de aceite y que poníamos a navegar en el Charco aprovechando la marea saliente y así veíamos salir a los barquitos fuera por por sí solos -Guaquimira llamando a Caramuxo, Guaquimira llamando a Caramuxo, cambio… decíamos imitando a la radio pesquera, nombrando barcos reales de aquella época. Años después supimos que un Caramuxo era un “bulgao” en gallego…
Vivir a medio camino entre Las Palmas y Lanzarote nos regaló el que allí éramos conejeros y aquí canarios, canariones falsos (lan dó- lan vaca- lan doce- se burlaban Jacinto el hueso o Juan Pablo Barreto).
A pesar de nacer en Las Palmas nunca me he reconocido ni identificado como grancanario sino como conejero. (Esperemos que algún día me nombren hijo adoptivo o algo …)
Era una época en que todos, todos, todos los veranos estábamos aquí, entre San Juan, las fiestas del Carmen y las de San Ginés, y lo primero que hacíamos (tras llegar en el correíllo Santa María de la Caridad o en el Ciudad de Teruel) era ir caminando a aquella Valterra con olor a jarea y marisco, con nuestros amigos Toño y Tero con quienes limpiábamos en verano por cinco duros, aljibes llenos de cucas para prepararlos para el invierno, o para llenarlos con agua del camión de “Tilo”.
Lo normal en aquellos veranos era jugar al fútbol con alpargatas (no botas) todo el día hasta que oscurecía, en aquellos llanos que eran muchos en Arrecife.
Otros días íbamos a la playa de la Arena, desde por la mañana hasta el atardecer, en circunstancias inconcebibles hoy en día, pasando ¡todo el día fuera! (sin protector solar, sin toalla…) con un bocadillo y comiendo santorras que cogíamos en la playa, lanzándonos de los riscos de botija, haciendo guerras de bolas de arena entre Tero y yo contra Toño y Francisco.
Iba a decir que no había ni playstation ni gameboy… Es que no había ni luz por la noche, que había un barco ahí atrás que daba luz a las islas por el día…
En las casas se escuchaba “Simplemente María” capítulo 444 por la radio mientras jareaban pescados en las azoteas de este barrio…
También se escuchaba…
Un sorbito de champán
Un detalle curioso es que las casas de Valterra tenían baño y en otras muchas casas, incluida la de mi abuela Ruperta no… también era extraño que las casas no tuvieran números impares, ya que los bloques se dan la espalda unos a otros…
A veces nos comprábamos un helado en el carro Acuña… es tremendamente complicado explicar a los jóvenes que en ese tiempo, si querías tomar un helado… no había. Tenías que esperar a ver si cuadraba que Acuña pasara con su carrito por el barrio… si no, no había helado…
Las amistades de Arrecife se ampliaron de los amigos de Marqués de Comillas a los de Valterra: jugando al fútbol en los llanos nos hicimos amigos primero de Pablo Márquez Graffiña, de allí conocimos al hijo de Moisés Pérez y Lola Padrón, Mingo “El Gato”, éste nos presentó a Cuco “El Ventorrillo”, también a Jorge Medina y su hermana Mariola, a Paco Padilla nos hicimos también amigos de Lucho y Canca (Blancanieves), de Perico Caraballo, de José Antonio “La Mona”, de Mingo “El Bigote” y Luis y sus guapas hermanas, todas ellas misses de Valterra y de Lanzarote, de sus primos Encio y Tente, etc…
Y de Emiliano, gran futbolista aunque no tan bueno como nuestro tío Manolo Cedrés “El Huevo” que jugó en el Puntilla y lo fichó el Orotava, o también nuestro también reciente desaparecido tío materno Pepe Gutiérrez conocido como “Goíme” en el fútbol y también figura señera de los carnavales arrecifeños con sus murgas de la Casa del Miedo….
Pero si hablamos de fútbol tenemos que nombrar a José Miguel Robaina el hermano pequeño de Vicente (Tente), Toño, Tero y Gueli que fue portero de la UD Lanzarote y de la U. D. Las Palmas.
Y hablar también, claro está, de los valterranos Sito y Andrés hijos de mi padrino de bautizo y primo hermano de mi padre Prudencio Navarro y de Pura. Sito jugó con la UD en Primera División, y Purita su hermana se casó con otro gran futbolista del barrio: Lito, desaparecido prematuramente.
Y por supuesto para hablar de fútbol hay que detenerse en la zapatería de nuestro tío Toño, Antonio Gutiérrez Tejera “El Cojo”…
La zapatería de Antonio Gutiérrez era famosa por muchos motivos, a cual más complejo. Estaba empapelada con pósters centrales de la revista AS, con carteles del Trofeo Carranza y, por supuesto, un almanaque de Nadiuska…
Allí alrededor de mi tío los jóvenes imaginábamos cientos de alineaciones de equipos, y también era famosa la zapatería porque las chicas de la Rapaúra iban allí a arreglar sus zapatos de tacón escandaloso, para espanto de mi madre, que corría a la iglesia a purgar unos pecados que no tenía…
Nuestro tío Toño era un personaje peculiar: perdió su pierna a los once años por la gangrena producto de una mala operación de una polio que sufrió a los tres años.
Y le gustaba tanto el fútbol de niño que jugaba al fútbol con muletas, de portero o defensa, arbitró partidos con las muletas en medio del campo y fundó dos clubes importantes en el devenir del fútbol lanzaroteño: El Club Deportivo Lomo que fundó junto a Tino “Talega”.
Recuerdo muy pequeñito (cuando iba al colegio de Don Paco en el Charco donde nací) ver el patio de casa de mi abuela Ruperta, lleno de camisas amarillas tendidas en liñas y todas tenían un primoroso escudo del Lomo bordado probablemente por mi madre que era costurera de profesión, o por mi tía Carmita y mi abuela Ruperta…
Sin embargo en el invierno de 1966 nos mudamos definitivos a casa de mi abuela Ruperta. Mi padre tenía que ir a Vigo a recoger un barco arrastrero con sede en Arrecife: el Isla Graciosa y pasamos un año fabuloso mientas estudiábamos en la escuela de don Tomás detrás del cine Costa Azul.
Mi tío Antonio por entonces acababa de fundar su segundo equipo de fútbol: el Nuevo Club, que tuvo que cambiar la denominación a Club Deportivo Arrecife, donde jugaron grandes amigos de la infancia (José Antonio Mencara, José Carlos “La Garza”, Gabriel “El Pejerroba”, Bielo, Faé, Barreto, el anteriormente citado Tero, José Antonio Reguera, el llorado Román de León, un gran central que jugó en los filiales del campeón de Europa: el Nottingham Forest que hizo el stage de pretemporada en Lanzarote y le echó el anzuelo y la rosiega a Román…
También Jorge Medina, Pablo Márquez, Adolfo (portero del Lanzarote) y Pablo su hermano (ambos primos de Jorge).
Mi tío Antonio se plantea seriamente que el club creciera y se queda como simple directivo o secretario no recuerdo bien, mientras le cedía la presidencia a don Patrocinio Barambio que dotó al club de una gran sede social en la calle Pérez Galdós.
Barambio logró que hubiera una biblioteca en un club de fútbol, que el periódico se leyera todos los días, no sólo el As y el Marca. Compró la casa de atrás del club y añadió un equipo de lucha, un espacio para jugar a las bolas, unos vestuarios, y hasta una discoteca para disfrute de la juventud del barrio como ocurría en el Torrelavega de la calle Triana.
Mientras, Antonio se hacía cargo de la cantina y yo era el pinche de aquel baretillo del club, aparte de llevar aquel botiquín de madera pintado con el escudo todos los domingos al campo del cementerio. En aquel año vi por primera vez al Valterra juvenil y los recuerdo jugando en el campo del cementerio con una camiseta blanca con ribetes rojos y azules que ponía Pepsi-Cola…
Tío Toño “el zapatero” conducía coche o moto según le fueran sus ahorros (era tremendamente divertido conducir un coche con el freno en una palanca de mano)…
Todos los deportistas de la época pasaban y charlaban en la zapatería, que estaba en el callejón de Juan Brea pero que anteriormente estuvo en Marqués de Comillas 7, ocupando parte del salón de casa de mi abuela, separado por un biombo de madera verde… Por cierto: una vez Antonio se fue al agua en el muelle con coche y todo (“jarto” de vino, supongo). Los amigos se burlaron un tiempo llamándole Toño “el buzo”…
De vez en cuando Antonio se iba a dar una vuelta a Las Palmas y se quedaba en nuestra casa, aprovechando para ver la Unión Deportiva con un Real Madrid, un Barcelona…un día de Reyes pedí como mis amigos del barrio el equipaje de la Unión Deportiva, mi tío Toño se comprometió con mi madre para hacerme una botas de cuero… cuando mis amigos me vieron con aquellas botas negras relucientes me envidiaron, parecía el mismísimo Guedes.
Una parada técnica: un amigo me prestaba discos de Beatles para sacar las canciones con la guitarra: un día vengo del instituto y veo a Ginés, un chinijo de 5 años y con la guitarra de plástico de los reyes magos, subido en una silla y poniendo en el tocadiscos el “A hard day’s night,” el tercer disco de los Beatles.
Mi tío Antonio fue muy feliz e hizo muy feliz a mucha gente siendo el conductor, el intermediario con todos sus limitaciones físicas, de las ganas y la ilusión de la juventud valterrana y del Lomo…
Y mi abuela Ruperta que era muy sociable le apoyaba en todo lo que hacia él porque a ella también le daba vida tanto ambiente juvenil en nuestra casa.
La importancia de Antonio el Cojo tiene diferentes lecturas: desde el joven que vivía el fútbol por pura afición independiente del equipo (hay fotos celebrando el triunfo del Torrelavega); Toño el mago que arreglaba balones (el problema era si comprabas un balón y se picaba… ¿Cómo se arregla un balón picado?…) También hacía botas de fútbol con los chasis a modo de los tacos de goma de hoy en día para sus jugadores…
También estaba el Toño que iba con su moto llano por llano ojeando a los buenos jugadores para sacarlos de la calle y llevarlos a su equipo, no importaba el barrio…así fichó a Jorge Medina en Valterra mientras enderezaba tachas en el llano al lado de su casa ¿juegas al fútbol mi niño?…sí …pues vamos a hablar con tus padres…Jorge llevó a Pablo Márquez, CD Arrecife que jugó contra el Chicles May campeón de Gran Canaria con el refuerzo final (cedido generosamente por el Valterra infantil) del portero Miguel Ángel el salinero, hijo de este barrio.
A Antonio le gustaba mucho la música: herencia de mi abuelo Pepe, su padre, de mi bisabuelo Agustín y de sus hermanos Tito y Agustín.
A Toño se le hizo un homenaje en vida (cosa extraña ya que se suele hacer ese tipo de homenajes cuando uno ya no está…) Y tiene un sitio de honor en el libro de la Historia del fútbol conejero…
Un beso fuerte Toño… como sabemos que te gustaban los boleros en los karaokes para presumir de voz con los amigos, ahí va éste…
Échame a mí la culpa
La vinculación de nuestra familia con el barrio y sus alrededores no acaba ahí. Nuestro tío Pepito Cedrés, presidente del mejor Orientación Marítima, tocaba el clarinete en la Banda Municipal, fundó la murga “Ni Pum ni Pam” y se casó con Carmen, hija del Salinero, Perico Hernández de ahí mismo… (Otra tía Carmen)
Carmen, hermana de Miguel Ángel y de Ginés el presidente del Valterra, club que organizó el año pasado el homenaje a Toño en vida (Ginés fue el extremo izquierdo del primer Nuevo Club) y también hermana del añorado y llorado José Carlos (QEPD), gran persona. Lo conocí muy bien y era conocido no sólo por lo buena persona sino por ser un excelente ciclista que lo ganó todo en sus años…
Mi tío Pepito organizó unas cuantas Fiestas del Carmen, según se publicó en los periódicos de la época, apoderado por el Ayuntamiento de Arrecife, y su hermana pequeña, nuestra tía Luisa que con su amiga Loli Luzardo ha fundado varias corales importantes en la isla como la San Ginés y la Alborada Encarnación Rodríguez. Ellas están siempre colaborando en todas las fiestas importantes de la isla, afición a la música coral que Luisa ha influido en nuestra hermana Mari Nieves, que estos cuatro últimos años milita en la coral “Canto de Alisios” en las Palmas, y tan feliz de dedicarse a la música como sus hermanos y sus tíos.
Lo de Luisa y Pepe también a su vez es parte de la herencia de mi abuelo paterno Miguel Cedrés. Marinero y guitarrista, y amigo a su vez de parranda de mi abuelo materno Pepe Gutiérrez el marinero y guitarrista zurdo.
Una vez coincidí con ellos la madrugada de un San Ginés en la cafetería Brasilia, con Machín al timple, y me eché con ellos unas isas y folías, mientras mis tíos Manuel y Paco Cedrés que estaban en el grupo parrandero (yo tenía 18 años) orgullosísimos y con varias copas encima no paraban de decirle a los clientes de aquel bar de las cuatro esquinas:
– ¡Mírenlo, fíjense!: ¡es su nieto Miguelín tocando la guitarra con sus dos abuelos!
¡Qué alegrías nos daban las parrandas en las fiestas de Lanzarote!
¿Y Valterra? Construida en 1958, costó 18 millones setecientas mil pesetas, casi nada. Por cierto: hay otra barriada “Marqués de Valterra” (presidente del Instituto Social de la Marina) en Barbate, Cádiz.
Vivir en una barriada tenía sus más y sus menos, como el hecho publicado que había una guagua entre Valterra y Porto Naos que no se sabía a qué hora salía o llegaba, y los vecinos se quejaron amargamente como se puede leer en la prensa de febrero de 1961. La verdad, coger la guagua a ciegas con los horarios tenía que ser una aventura…
Vayamos a las fiestas:
Estaban Chopito y Chaporro, las carreras de sacos, la silla y muchísimas más actividades lúdicas. Pero lo más esperado de sus fiestas eran las verbenas y el festival de la canción de Valterra: Oti y Pilarín se presentaron varias veces al famoso y esperado festival de nuestro barrio, un barrio que no tenía iglesia en aquella época, pero por donde pasaba la procesión de la Virgen del Carmen, encontrando el barrio engalanado con banderines de papel de colores, voladores y banderas en los balcones y ventanas.
Valterra comenzaba a industrializarse con la llegada de cinco fábricas conserveras (Lloret y Linares, AferSA (después denominada Garavilla), La Rocar, Hijos de Ángel Ojeda y Conservera Canaria, aparte de la anteriormente citada fábrica del hielo…
El concurso de misses también tuvo renombre en la isla, pero el que a nosotros nos interesaba era el de la canción, ya que comenzábamos a tocar la guitarra, y pasábamos largas tardes y noches en las esquinas de Valterra cantando con los amigos… Eso no quitaba para poder mirar a las chicas más guapas: Miguel pensaba que la más guapa era Mariola y yo que era Beatriz… Eso, y que cantábamos canciones como…
“Nada” Juan y Junior
Aquí nos repetimos con la herencia musical Gutiérrez en nosotros: nuestro abuelo Pepe Gutiérrez que tocaba en Los Buches nos regala nuestra primera guitarra. Yo tenía 13 años y José Fco 11. Y un amigo me presta 2 Lps de The Beatles y dos de los Creedence. A mi madre la volvimos loca literalmente: -“¡tuve que aguantar el plim plim de mi padre, luego el plim plim de mi hermano Tito y ¿ahora ustedes? ¡PAREN YA DE TOCAR LA GUITARRA!”-…hoy está orgullosa de ser la madre de Los Coquillos. Hay que ver…
Nuestro tío Tito, Clemente Gutiérrez era y es un experto guitarrista, requintista y toca el arpa fantásticamente. Y también nuestro tío materno Agustín tenía una colección de discos enorme de música sudamericana que eran de obligada escucha en el tocadiscos en casa de mi abuela.
La herencia musical de la familia Cedrés – Gutiérrez tiene continuación. Nuestro primo Miguel Ángel toca la batería en el grupo conejero Metalmorfosis y ya hay otro Cedrés estudiando el bachillerato musical en Las Palmas… o sea que esto sigue…
“Querido Toño: Ya eres inmortal en tu propia tierra”
Queremos agradecer a las personas que han confiado en nosotros y nos han brindado este enorme honor de poder pregonar las fiestas del barrio que nos vio crecer… y a todos ustedes por habernos arropado hoy aquí…
¡¡¡VIVA LAS FIESTAS DEL CARMEN!!!
¡¡¡VIVA VALTERRA!!!
¡¡¡VIVA LA VIRGEN DEL CARMEN!!!

Cómo te extraño mi amor ¿por qué será?
Me falta todo en la vida si no estás
Cómo te extraño mi amor ¿qué debo hacer
Te extraño tanto que voy a enloquecer

Ay! amor divino…
Pronto tienes que volver a mí

A veces pienso que tú nunca vendrás
Pero te quiero y te tengo que esperar
Es el destino me lleva hasta el final
Donde algún día mi amor te encontrará

Ay! amor divino…
Pronto tienes que volver a mí

El dolor es fuerte y lo soporto
Por qué sufro pensando en tu amor
Quiero verte tenerte y besarte
y entregarte todo mi corazón

Nunca te podré olvidar,
porque me enseñaste a amar.

Con un sorbito de champán
brindando por el nuevo amor.
La suave luz de aquel rincón
hizo latir mi corazón.

Es tan fácil recordar,
siempre que vuelvo a brindar.

Con un sorbito de champán
brindando por el nuevo amor.
La suave luz de aquel rincón
hizo latir mi corazón.

Y entonces fue, cuando te besé.
De tu mirar, yo me enamoré

Con un sorbito de champán
brindando por el nuevo amor.
La suave luz de aquel rincón
hizo latir mi corazón.

Y entonces fue…
Sabes mejor que nadie que me fallaste
Que lo que prometiste se te olvidó

Sabes a ciencia cierta que me engañaste
Aunque nadie te amaba igual que yo

Lleno estoy de razones pa’ despreciarte
Y sin embargo quiero que seas feliz

Y allá en el otro mundo
En vez de infierno encuentres gloria
Y que una nube de tu memoria me borre a mí

Dile al que te pregunte que no te quise
Dile que te engañaba que fui lo peor

Échame a mi la culpa de lo que pase
Cúbrete la espalda con mi dolor

Y allá en el otro mundo
En vez de infierno encuentres gloria
Y que una nube de tu memoria me borre a mí

Yo, (yo no se luchar) contra tí, (yo te quiero así)
y no quiero que sufras y nunca sabrás que me muero por tí.

Fue (cuando te encontré), y te hablé (y te sonreí)
Cuando quise decir cualquier cosa por ver si te fijas en mí.

Tu (no pensaste en mí), al decir, (que tu corazón)
se encontraba muy solo, esperando la vuelta de aquel que se fue.

Y me faltó valor, y no te hablé de amor.
Me vine, sin decirte Nada.

Yo, (yo no se luchar)
contra tí, (yo te quiero así)
y no quiero que sufras y nunca sabrás que me muero por tí.

Fue (cuando te encontré), y te hablé (y te sonreí)
Cuando quise decir cualquier cosa por ver si pensabas en mí.

Tú no (pensaste en mí(, al decir, (el ha vuelto a mí)
Ya volvió la ilusión que hace tiempo se fue y yo nunca olvidé.

Y me faltó valor, y no te hablé de amor.
Me vine, sin decirte Nada,

Adivina muñeca quien viene esta noche a apropiarse con derroche de la barra de este bar.
Todavía no perdí el sentido común no necesito de Freud ni mi familia huyó a El Aaiún
Solo quiero concentrarme en este lugar mucho tiempo aquí en Valterra más o menos hasta el amanecer.

De la misma forma que se nace para morir y que la eternidad se alcanza en un segundo de heroísmo.
Soy testigo de una curación milagrosa el alcohol limpia mis heridas y me impide verte
Solo quiero concentrarme en este lugar mucho tiempo aquí en Valterra más o menos hasta el amanecer.

Sigo con el método Stanislavsky de interpretación únicamente preciso de una botella de ron Artemi, un enyesque de queso de Guía y por supuesto, tu ausencia no cimbrees tu cintura ni me muestres tus encantos ya sabes que en noches como ésta soy vegetariano
Solo quiero concentrarme en este lugar mucho tiempo aquí en Valterra más o menos hasta el amanecer.

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