POR GINÉS HERNÁNDEZ REYES
Buenas noches Valterra, buenas noches amigos y vecinos de este barrio mío y mis recuerdos infantiles.
Me llamo Ginés Hernández Reyes, fui vecino de este barrio durante 18 años. Soy nieto de Manuel “el Salinero”, hijo de Perico “el Salinero”. A mí, a mis hermanos y siguientes generaciones nos seguirán llamando los Salineros. Mi abuelo tenía las salinas donde hoy es el barrio de Los Alonso. Viví en Valterra antes de que se construyera este barrio de mi niñez. Yo sabía quién vivía en cada zaguán de las 200 viviendas, pues les vi ocupar sus casas. Poco a poco Valterra se fue poblando, incluso muchas familias ocuparon una casa y más tarde le trasladaban a otra. Destaco del barrio de Valterra de los años 50 y 60 como se formó en una gran familia con la ayuda de todos, hace 60 años, con alegría, ilusión y con un futuro esperanzador para nuevas generaciones.
Se habló tanto de Valterra, que nuestro ilustre Agustín de la Hoz, en su pregón del año 1986, dijo: “No me es fácil venir a pregonar lo que ya está suficientemente pregonado”.
Yo, con los nervios a flor de piel voy a intentar contar mis vivencias y recuerdos en mi barrio.
Muchas gracias a la comisión de Fiestas por invitarme a dar el pregón de las Fiestas del Carmen en Valterra 2018.
Cuando me invitaron a dar el pregón de este año, pensé: Es el pregón de las Fiestas del Carmen en Valterra, el barrio de mi niñez y mi gente.
Me empezaron a llegar recuerdos de mi infancia. Por mi cabeza pasan recuerdos de mis padres, de mis hermanas y hermanos, recuerdos de mis amigos y vecinos de este barrio encantado que es Valterra. El pregón que esta noche voy a dar, lo haré en nombre de todos ustedes, especialmente en nombre de las generaciones que yo conocí, en nombre de los valientes marinos y su orgullo de ser marineros en barcos de pesca, lo haré por las mujeres de Valterra, trabajadoras, alegres y solidarias con sus vecinos, y lo haré por mis amigos del barrio, que siendo casi niños se embarcaban en la pesca para ayudar en la economía de casa.
Nací en Tahiche chico hace 68 años. Hijo de Dolores Reyes y Pedro Hernández el Salinero, allí nacimos 6 hermanos. Cuando tenía 6 años nos fuimos a vivir a los Llanos del Portonao, hoy calle el Claudiano, donde nacieron 5 hermanos más, hasta completar una familia con 11 hijos. Sólo había 5 casas: la de mi familia y las de la Sra. Lola Macías, Sra. Martina, Sra. Viviana y la de la Sra. Leonor y Sr. Eusebio. Muchas maretas y un llano muy grande: el Llano de Portonao.
Mis recuerdos de esos primeros años son el barrio del Lomo y el Charco de San Ginés, lugares donde vivían las familias de mis abuelos Pantaleón Reyes y Manuel Hernández, las fábricas conserveras de pescado, el Castillo de San José con su playa de la Arena, los tristemente desaparecidos Faros del Portonao, muchas Salinas, el Muellito del Portonao y el Hospital Viejo o Casa del Cabrerón, que fue cuartel militar, hospital y luego casas de familias. Este viejo edificio se debe recuperar como casa de cultura, museo o biblioteca del marino.
La forma de vida de mi familia era el mar, en los barcos de pesca y en las salinas de la zona. Se completaba la vida laboral en las herrerías, talleres, carpinterías de rivera y en los varaderos donde se reparaban los barcos.
Las traíñas y redes tendidas para su reparación, las sirenas de las factorías de pescado anunciando el inicio y fin de la faena, o el tic-tac de los yunques en las herrerías, eran las estampas diarias del lugar en los años 50 y 60 del pasado siglo donde también había muchos corrales de cabras y cerdos.
Fue justo cuando mi familia se traslada a la casa nueva en los Llanos de Portonao, en los años 50, el inicio de la construcción de la barriada Marqués de Valterra, inaugurada en el año 1958 por el Almirante D. Juán Pastor Tomaseti, siendo alcalde de Arrecife D. José Ramírez Cerdá.
Valterra fue iniciativa del Instituto Social de la Marina y se construyeron 200 viviendas en 10 bloques de 2 plantas, albeadas de rojo con un precioso parque y obelisco central. Más tarde, en el año 1978 se construyeron 80 nuevas viviendas en un edificio de 5 plantas y acogedor patio central.
Se completa el barrio con la escuela del Lomo y sus maestros Dña. Nieves Toledo y D. Abel Cabrera, el Centro de Salud, que antes fue Residencia
Sanitaria Virgen de los Volcanes, la Escuela de Pesca, el Centro Sociocultural y la Iglesia Parroquia de la Virgen del Carmen.
Podemos decir que Valterra tenía vida propia a falta de una cancha deportiva de usos múltiples, que aún no tiene y que los más jóvenes del barrio se merecen.
Las viviendas fueron cedidas a familias de marineros que llegaron de todos los municipios de la isla, también de Fuerteventura, Cádiz y Huelva. Estas familias las ocuparon con ilusión y alegría por la cercanía al muelle pesquero y a las conserveras de pescado. Los nuevos vecinos que ocuparon la barriada de Valterra se dedicaron en su mayoría a la pesca de la corvina y el cherne en Cabo Blanco (Mahuritania). Luego en los sardinales y atuneros.
Pero fueron las fábricas conserveras de pescado quienes ofrecieron muchos puestos de trabajo ocupados por hombres y mujeres de Valterra. Cuando la burguesía de entonces decía que Arrecife olía a subproducto, los vecinos de Valterra decíamos que era el olor al dinero con el que se alimentaba a nuestras familias.
Pronto destacaron vecinos empeñados en que el barrio disfrutara de esta nueva vida para todos. Recuerdo a las monjas del Hospital Insular, Rosa la practicante, Muebles Antonio Fernández, las pequeñas tiendas de comestibles de Manuel Oubiña, Lola Hernández “la Salinera”, Nicolás Saavedra y Martín Martín. En deportes destacar a Lalo Tabares, campeón de España en boxeo, en futbol Jose Miguel, Lito, Sito y Andrés, junto a los entrenadores Quico Oubiña y Carmelo Hernández, Águeda Batista en balonmano, mi hermano Jose Carlos “el Salinas” en ciclismo, Nieves Hernández y Dori Cabrera en folclore, Elías el majorero, pescador de barquillos, que nos ofrecía pescado fresco diariamente, Vicente Arrocha ofreciéndose a colaborar donde lo necesitaran, Juan Rodríguez el carpintero, atento a cualquier carencia en el barrio. No me olvido de nuestros populares Antonio Gutierrez “el cojo”, Antonio Arrocha “Caprile” o Chucho San Ginés organizando a los más pequeños.
Un especial recuerdo para los barcos de mi padre, Los Gallegos y el Ángel Domingo, donde trabajaban mis hermanos, mis tíos y muchos hombres vecinos de Valterra.
También recordar a los populares alcaldes de Valterra, Manuel Oubiña, Nicolás Rodriguez o Wenceslao Noda, que ponían orden en el barrio, hasta que se formaron las asociaciones de vecinos, siendo su primer presidente D.
Gregorio Cabrera. Actualmente es D. José Cruz quien vela por los intereses de la barriada de Valterra.
Vecinos de Valterra, hoy tengo que poner especial énfasis en las grandes protagonistas de la barriada Marqués de Valterra: todas las madres de las 280 viviendas. Estas mujeres entre las que incluyo a mi madre y a mi tía Pilar, que mientras sus maridos trabajaban en la mar muchos meses del año, ellas hacían de madres y padres de familias numerosas y después de atender a la familia, muchas trabajaban en las conserveras de pescado para ayudar en la economía familiar. Con su esfuerzo y solidaridad con sus vecinos, Valterra se convirtió en una gran familia (todos para uno uno para todos). Recuerdo que los portales estaban abiertos y los chicos nos metíamos en ellos a jugar al tres en rayas o a las damas y llegaba una vecina del portal ofreciendo pan con aceite y azúcar, aunque ningún chico viviera en ese portal. Quiero rendir un entrañable reconocimiento a todas ellas, mujeres y madres de Valterra, muchas ya no están pero nos quedan sus recuerdos, su trabajo y ejemplo de sacrificio por la familia y vecinos. Mujeres que dieron personalidad a Valterra y por supuesto a las Fiestas del Carmen que ellas iniciaron engalanando el barrio con banderas, haciendo altares donde recitaban versos marineros o formando tanques con agua donde se representaban obras teatrales con motivos marineros. Todo esto en honor a nuestra señora la Virgen del Carmen el día de la procesión marítima. En nombre de todas las señoras de Valterra citaré a algunas de ellas: Eloisa Barreto, Mariquita Fuentes, Candita Orosa, Nievita Fernández, Mariluz Moya y Elodia Hernández.
Todo este bullicio de gentes y cosas tenía como testigo a nuestro popular parque con su obelisco central. Este parque nuestro donde ahora estamos, que hizo durante muchos años de centro de reuniones para todos, especialmente por las tardes a la hora de la merienda y lugar de tertulias para nuestras madres. Mientras, los niños nos entreteníamos con juegos típicos de entonces y también organizábamos los interminables partidos de futbol en cualquier llano, con cualquier pelota o algo que se le pareciera.
Son recuerdos de mi infancia al lado de mis amigos, Meluco Oubiña, Pepineja, Esteban “el Millito”, mis hermanos Pedro y Manolo, mi primo Pepe, los hermanos Pastoriza, Andrés “el garbanzo”, Pacuco “el cojo” o Mamelo “el rubio”. Eran tiempos felices donde los chicos nos inventábamos los juegos y construíamos nuestros propios juguetes con cosas recicladas que sobraban en casa o en el barrio.
Recuerdo nuestras excursiones al Carinero a coger cangrejos, erizos o burgaos y bogar o singuear con las chalanas hasta el varadero. También ir al Charco de San Ginés a coger miñocas, enguillas y camaleones. También recuerdo nuestros chapuzones en la playa de la arena.
Ya han pasado 60 años desde que se inauguró la barriada Marqués de Valterra y la vida ha cambiado mucho en nuestra población. Arrecife dejó de ser un encantador pueblo marinero e intenta convertirse en una ciudad comercial y turística. Para ello es necesario aprobar el nuevo plan de ordenación y que patrimonio desbloquee su paralización urbanística. Los alrededores de Valterra también han cambiado mucho. Las salinas casi no existen, el Portonao se convirtió en un gran puerto de crucero y atractivo puerto deportivo. Las conserveras de pescado cerraron su producción y no suenan sus sirenas, tampoco se oyen el tic-tac de las herrerías, en los Llanos de Portonao no se tienden las traíñas ni están sus majestuosos faros, el Muellito de Portonao agoniza en soledad, en el Charco de San Ginés no hay miñocas ni erizos en el Carinero. Los orgullosos marineros y sus alegres mujeres se han ido casi todos. Pero Valterra, el acogedor parque y su elegante obelisco resisten al paso del tiempo. Valterra, que está situada en el centro del nuevo Arrecife necesita mejoras urgentes, es preciso modernizar nuestro barrio. Las nuevas generaciones tienen que prepararse en escuelas de formación profesional, de idiomas y hostelería, para nuevos tiempos llenos de ilusiones y oportunidades, y así, afrontar la nueva vida de este siglo XXI.
Hoy aprovecho para insistir a los colectivos vecinales y asociación de vecinos la obligación que tienen de demandar y exigir a nuestras autoridades municipales las mejoras necesarias para nuestro barrio, que en estos días cumple 60 años de antigüedad, para que las nuevas generaciones tengan las infraestructuras necesarias y garantizar la calidad de vida que nuestros vecinos se merecen.
En estas fiestas que hoy comienzan quiero tener un entrañable recuerdo a las víctimas de la tragedia del Cruz del Mar y sus familiares, pues este año se cumplen 40 años del terrible atentado. Y, como la esperanza en Valterra es nuestro día a día, tengo que felicitar a Tana Hernández, este joven del barrio que hace unos años sufrió un grave accidente y está en silla de ruedas. Gracias a su constancia y apoyo familiar, Tana ha conseguido que se le instale un ascensor para poder salir de su casa y hacer una vida normal y libre como cualquier joven. Él está muy agradecido a las personas que le ayudaron a conseguir lo que él llama, su libertad.
El carácter alegre y emprendedor de los vecinos de Valterra fue fundamental para que este barrio creciera en armonía, así surgieron equipos deportivos, murgas, comparsas, asociaciones culturales, grupos musicales y sobretodo, insisto, nuestros mayores nos enseñaron solidaridad y colaboración con nuestros vecinos.
En el año 1972 me casé y me fui a vivir a otro lugar, pero me fui con las maletas llenas de recuerdos. Solo viví en Valterra 18 años, pero aprendí de los más humildes a compartir con los demás lo que ustedes me dieron, tiempo y dedicación. Ahora ya mayor, me siento satisfecho con el paso por la vida. Hoy en el parque de Valterra que me vió crecer y con los míos, hago un repaso de mi vida social: fui presidente del C.F. Santa Coloma, organizador de las fiestas de S. José Obrero en Titerroy, delegado de las federaciones de futbol y atletismo, fundador y presidente del club de atletismo ADAL Lanzarote, Concejal de Viviendas en el ayuntamiento de Arrecife y presidente de la Sociedad La Democracia.
Pero lo más importante para mí y mi mujer Marilina es la familia que formamos con tres hijos: Miriam estudió arquitectura, Jose Carlos es Delineante y fue atleta olímpico en las olimpiadas de Londres 2012, Isabel estudió administración, pero su gran pasión es la música.
Los barcos de pesca llegaban de Cabo blanco unos días antes de las fiestas del Carmen, después de 6 meses de dura faena. A la alegría e ilusión de que llegaban mi padre y mis hermanos, se unía la incertidumbre y nerviosismo de ver que se acercaba el barco y no podía reconocer las caras de los míos después de tantos meses. Con un grueso chaquetón, ancho sombrero, bigote y barba de varias semanas, era complicado saber quiénes eran. ¡Por fin alguien saluda!, la alegría era generalizada y antes de que el barco atracara yo saltaba a la cubierta. Ni una sola palabra, solo un largo abrazo y lágrimas de la emoción. Por fin, ya estaban en casa. Luego venían las fiestas familiares, las fiestas del Carmen y la procesión marítima. Era un gran día de fiesta para todas las familias de Valterra. La imagen de la Virgen del Carmen era trasladada desde la iglesia hasta el muelle donde se embarcaba, en un barco engalanado para su paseo por el mar acompañado por unos 30 barcos más. Las familias les acompañábamos con cantos y salvas a la Virgen, mientras, Ruperto lanzaba sonoros voladores y vistosas bengalas. Los más pequeños nos apresurábamos para subir en algún barco y dar el paseo marítimo acompañando a los emocionados marineros que agradecían a la Virgen del Carmen la buena zafra de pesca y el llegar sanos y salvos a Lanzarote, después de 6 meses de duro trabajo en Mauritania.
En estos días se cumplen 40 años de la fundación de la Parroquia Nuestra Señora la Virgen del Carmen, que se inauguró el 16 de julio de 1978, su primer párroco fue D. Pedro Armas y el solar lo donó la familia de D. Domingo de Armas. Fueron vecinos de Valterra los que financiaron y construyeron la iglesia con la dirección gratuita del contratista Rafael Hernández. Son importantes estos datos porque no se entiende la historia de la barriada de Valterra sin su parroquia, símbolo de fe y esperanza para las familias de este barrio que se encomendaban a la virgen del Carmen para que cuidara de nuestros marineros.
En las fiestas del Carmen de Valterra de aquellos años el epicentro era el ventorrillo de Agustín La Aldea, con el inconfundible olor a carne en adobo, las verbenas y el festival de la canción amenizados por las orquestas Los Arbas y Voces Nuevas, con los interpretes Paco Toledo, Juani, Jose Cruz, Gerardo Arbelo, Celeste y Oti. Pero nosotros siempre esperábamos la actuación de nuestro ídolo local, Memo “el de Ramona”, y sus temas de Manolo Escobar.
Vecinos de Valterra, hoy tengo el honor de pregonar el comienzo de las fiestas del Carmen de Valterra 2018, en honor a nuestra señora la Virgen del Carmen, patrona de los marineros.
Les invito a todos a participar en los múltiples actos previstos y organizados por la comisión de fiestas de Valterra, entre los que destacan actos deportivos, culturales, musicales y lúdicos. También la parroquia tiene su protagonismo en estas fiestas, pues la devoción a nuestra Virgen del Carmen tiene especial relieve en estos días y, nuestro párroco D. Juan Antonio Gallego ha diseñado diferentes actos religiosos entre los que destacan los actos del día 16, día del Carmen: a las 7.00 de la mañana el Rosario de la Aurora y a las 19.30 horas la Santa Misa en el parque.
Recordarles que tenemos que ser amables con quienes nos visiten estos días de fiestas invitándoles a participar con nosotros y mostrarles nuestra hospitalidad.
Con el deseo de que disfruten de unas buenas fiestas del Carmen, tengo que agradecer a la comisión de fiestas presidida por Quique Hernández, el honor de que me invitaran a ser el pregonero en este año 2018.
Muchas gracias Valterra.
VIVAN LAS FIESTAS DEL CARMEN!!
VIVA NUESTRA SEÑORA LA VIRGEN DEL CARMEN!!
VIVA LA BARRIADA DE VALTERRA!!
Ginés Hernández Reyes Valterra, a 13 de julio de 2018