“Arrecife está en fiestas. Los festejos patronales de San Ginés van a dar comienzo. Ya parece que se sienten los estampidos de la batalla incruenta de los fuegos de artificio, el olor de los churros, las risas de los niños en el carrusel, los gritos de los feriantes, y como fondo, los timples y guitarras de una parranda conejera”…
Estas palabras, tan de nuestros días, corresponden a un pregón de hace más de 60 años, cuya autoría no ha pasado a la historia pero a cuyo artífice honramos como el primer pregonero del que guardamos memoria escrita.
He disfrutado mucho en estas últimas fechas con el repaso a las intervenciones de los pregoneros (y alguna pregonera) de las fiestas de San Ginés, recogidas en la página web de Óscar Torres y Jesús Perdomo.
El portal, dedicado a preservar los discursos con los que personalidades de nuestra ciudad o vinculadas a ella han inaugurado las celebraciones patronales, guarda joyas literarias en sepia, delicadas fotografías poéticas de una ciudad que nació puerto y que se describe engalanada para ser protagonista y no escenario, para ejercer de reina de las fiestas.
Nuestro cronista por excelencia, el escritor y periodista Agustín de la Hoz, pregonero reincidente de nuestra historia menuda, aseguró en 1958 que “cuando pronunciamos el nombre de Arrecife es como si dijésemos un piropo a la tierra y a la mar, al aire y al cielo, a lo que plásticamente percibimos en torno al recinto ciudadano. Porque la ciudad es respirada y contemplada con deleite y es, sobre todas las cosas, un bello piropo convertido en deliciosa urbanidad”.
Los siglos de historia de nuestra capital son hilo conductor de todos estos relatos, pues es difícil evadirse del ancla emocional del Puerto con su pasado. Facundo Perdomo recordaba en el año 1961 que “Arrecife nació de una batalla ganada al mar. Y el mar vencido le dio sitio de victoria: castillos y puentes: fortaleza, amor. Y sobre la victoria cobrada a la espuma bullente brotan los claveles: aparecen flores”.
En 1992, Sebastián Sosa amarraba historias y leyendas para desgranar un relato novelesco y apergaminado de la ciudad. Y decía: “Sí, hace muchos años, Arrecife, con su ermita junto al Charco, era la calzada, el firme, por donde entraban y salían los lanzaroteños, en un discurrir y devenir constante por el mar, protegidos sus dos puertos por los dos castillos de San José y San Gabriel. El Puerto era el camino, la estancia y la posada del marinero, del traficante, del viajero transmarino.
Aquí estaban las viejas fondas y las viejas cantinas donde se contaban historias de piratas y viejas leyendas de tesoros escondidos”.
La fiesta como recompensa es otro de los leit motiv de los pregones de San Ginés, un acontecimiento de carácter insular que se esperaba cada año con anhelo. Pedro Padrón, en 1981, incidía en que “el día del Patrón San Ginés, interrumpen en su honor el trabajo, y así los campos quedan desiertos y las cubiertas de los barcos libres de sus hombres, para fundirse en una sincera hermandad. Entonces, el ambiente es alegría, se desborda entre campesinos y marineros, se combina la fe religiosa y el arte de divertirse con la música popular y se exteriorizan las costumbres de un pueblo que sabe trabajar y divertirse con la sana conciencia de sus actos”.
Cuánta belleza en la mirada limpia de pregones y pregoneros. Por cierto, debo confesar la dificultad que he encontrado a la hora de seleccionar unas pocas perlas del collar maravilloso de palabras enamoradas de Arrecife.
Hay que ser artista, como Juan Gopar, para hacernos emocionar tanto, como cuando en el año 2007 explicó que para él, “Arrecife es un persona que no disimula nada, no se oculta, no se disfraza, es así, como esas niñas desobedientes a las que no les gustan los uniformes parvularios. No quiere estar guapa. Se gusta así, como es, le gustan sus ojos castaños, su piel morena y su brillante pelo negro”.
Y para mí, tan cierta y destacable es la definición de Arrecife firmada por Ignacio Quintana: “la ciudad del sosiego, transparente, rutilante, millonaria de luz”, como la explicación telegráfica de la trastienda de las fiestas de San Ginés, a la manera de Antonio López: “Desvelo municipal. Trabajo del Ayuntamiento. Entrega de los concejales. Jornada apretada para el Alcalde.
Problemas, más problemas. Pero todo se hace para que el pueblo sea altamente feliz unos días. El pueblo, la Isla toda lo merece”.
Totalmente de acuerdo, ¿verdad, concejal?
Quiero tener un recuerdo particular para las cuatro pregoneras llamadas en la última década a abrir nuestras fiestas, María Dolores Suárez en 2006, Herminia Fajardo en 2009, Dolores González Borges en 2015 y Elizabeth de León, el año pasado. Creo que se merecen una mención especial a sus enfoques y a sus palabras y quizá, una reivindicación de género, necesaria también en este campo de la creación literaria.
¿De dónde eres, Lola?, se interrogaba retórica la primera de ellas. Y contestaba al público reunido en torno a su discurso: “Al conjuro de estas palabras, todo el regusto de una larga infancia, de una adolescencia tantas veces añorada me embargó: ¡soy de aquí! Soy de aquí, como pueden serlo, además, los que quieran y se dejen”.
Ese sentimiento de brazos abiertos y generosidad desplegada es también Arrecife.
Para terminar, traeré a mi boca el pregón del escritor y periodista Mario Alberto Perdomo, y su irónico y desmitificador capítulo dedicado al patrón, a quien baja de su peana y convierte en un arrecifeño más, cuando relata en 1987:
“Allá va San Ginés, el obispo macho, relegado de la fiesta. Tiró el bastón grandote, se arremangó las faldas y allá va, callejón abajo, deseando que arrecie el viento, que despierten las olas y el mar vuelque todo su descaro contra su rostro. Atrás dejó el gorro obispal, ese puntiagudo. Quiere San Ginés jugar a piratas y pasear entre los cabosos”.
Finalizo aquí dando las gracias a todos los hombres y mujeres que nos regalaron sus letras, sus emociones y sus recuerdos como la mejor bienvenida a las fiestas patronales y hago lo propio con quien se encargará hoy de hacernos cruzar esa puerta, ¿??????.
Será el concejal de Fiestas, David Duarte, el responsable de hacer los honores a nuestro pregonero de las fiestas de San Ginés 2018. Muchas gracias por su atención y felices fiestas de San Ginés!