POR SEBASTIÁN SOSA BARROSO
Antes de entrar en el Pregón de las fiestas grandes de la isla, quería leerles unas palabras que sirvieran de prolegómeno, como una infra-historia personal que llevo dentro desde hace muchos años; y es, solamente, decirles que a mí, aquí, en Lanzarote, todo se me vuelve una pesada carga de sentimientos que son muy difíciles de explicar y de concretar; veo muchas cosas profundas, adivino esencias de la isla, se me reaviva la memoria y todo se me escapa volando mar adentro.